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Historia de españa

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«Historia de españa»

HISTORIA DE ESPAÑA


  1. La caída del Imperio Romano y aparición de los estados en el territorio romano.

En el 197 a. C., los romanos dividen el territorio ibérico en dos zonas: la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior. El sometimiento total de la península tiene lugar en el año 19 a. C. (tras finalizar las Guerras Cántabras), tras lo cual se divide en tres provincias: Bética, Tarraconense y Lusitania, organización que perduró hasta el Bajo Imperio. El proceso de romanización entendido como la incorporación de la lengua, las costumbres y la economía romana se inició aproximadamente hacia el 110 a. C. y duraría con toda su fuerza hasta mediados del siglo III.

Dicho proceso fue tan intenso que tres hispanos: Trajano, Adriano y Teodosio fueron emperadores de Roma, y personajes destacados como el filósofo Séneca o los poetas Marcial y Lucano también provenían de Hispania.

En contacto con las colonizaciónes mediterráneas, los pueblos indígenas de Andalucía y Levante desarrollaron una cultura avanzada y homogénea llamada Ibérica. Los pueblos ibéricos se dividían en tribus. Se dedicaban a la agricultura, ganadería y comercio, eran belicosos.

En la Península Ibérica, como en otras provincias, el Imperio cayó gradualmente, con los procesos casi simultáneos de la «desromanización» del Imperio romano en Hispania, es decir, una debilitación de la autoridad central en los siglos III, IV, y V, y de la «romanización» de las tribus germánicas, por ejemplo, la adopción de la ley romana que es evidente en la Lex Gothorum (Ley de los godos), la conversión al cristianismo, y la afinidad que algunos reyes tenían por el latín, hasta componer poesía en esta lengua.

En el invierno del año 406, aprovechando la congelación del Rin, los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio con gran pujanza. Al cabo de tres años, cruzaron los Pirineos y llegaron a la Península Ibérica, y dividieron entre sí las partes occidentales, que correspondían aproximadamente al Portugal moderno y España occidental hasta Madrid. Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, llegaron a la región en el 412, fundando el reino de Tolosa (Toulouse, en el sur de Francia), y extendieron su influencia gradualmente en la Península, desplazando a los vándalos y alanos al norte de África, sin que éstos dejasen mucha huella en la cultura Ibérica. Luego, tras la conquista de Tolosa por los francos y la pérdida de gran parte de los territorios en lo que hoy es Francia, trasladaron la capital del reino visigodo a Toledo.

A pesar de que la nobleza visigoda practicaba el arrianismo, éste gozó de muy poca popularidad entre la población hispanorromana de la península, fiel en su mayoría a la doctrina católica romana. Desde la corona visigoda, específicamente en el año 587, el rey Recaredo, ya convertido al catolicismo, trató de conciliar así mismo a la jerarquía religiosa arriana con la católica, pero con poco éxito. Finalmente, se impuso la opción católica por la fuerza, desposeyendo a la iglesia arriana de sus bienes en favor de su antagonista. La península sufrió, como las otras provincias del imperio, la crisis del siglo III. La economía esclavista perdió importancia. Desde comienzos del sigloV, invaden la península varios pueblos germánicos – suevos, vándalos y alanos – desde los Pirineos y ponen fin a la dominación romana.


  1. La invasión árabe en la Península Ibérica.

En el año 711 los árabes invadieron Hispania y se dispersaron por toda la Península, a excepción de las zonas al norte del país (Vasconia, Asturias). Precisamente allí se habían refugiado muchos hispanos procedentes del sur. La población hispana que vivía en el territorio ocupado por los árabes, recibió el nombre de mozárabes. El primer período de la invasión árabe se caracteriza por la coexistencia de diversas formas de cultura y religión: se habla el romance junto con el árabe; los servicios religiosos cristianos y musulmanos suelen a veces celebrarse en el mismo edificio. Los árabes se casan con hispanos. Entre los mozárabes cultos persiste el bilingüismo. Pero poco a poco la cultura árabe, superior a la hispana, va suplantando a la romana. Comienza la arabización de la población hispana. En la Hispania de esa época están en su apogeo las ciencias, la agricultura, las industrias y el comercio. La ciudad de Córdoba es el centro cultural, científico, literario y artístico de la Hispania árabe.

La división administrativa árabe de la Península correspondía en general a la establecida por los romanos. Existían cuatro provincias: Mérida que correspondía a Lusitania; Andalucía, en el territorio de la antigua Bética; Zaracosta que correspondía a la antigua provincia Tarraconense y por fin Tolaitola, en el lugar de la antigua provincia Cartaginense. El romance de los mozarábes conservó sus formas antiguas y fue análogo en general al romance de la época visigoda, adquiriendo además muchas palabras del vocabulario árabe. Según R. Lapesa, el vocabulario español debe a ese idioma más de cuatro mil palabras (incluyendo formaciones derivadas).

He aquí algunas de ellas:

almacén

algodón

aldea

azucena

alcoba

azotea

arroba

ajedrez

zaguán

hazaña

alcalde

alguacil

fanega

maravedí


tambor

azúcar

aduana

zanahoria

tarea

alquería

albaricoque


alcázar

almena

alhelí

en balde

hasta

ojalá

he aquí


Casi en todas las palabras tomadas del árabe aparece el elemento inicial al- o a-. Al- es la forma completa del artículo árabe y a- es la forma abreviada, surgida a causa de la asimilación de la l a la consonante siguiente: acequia, añafil, azotea, ajedrez, etc.

El sufijo -l de algunos adjetivos y sustantivos españoles es también de origen árabe: baladí, turquí, maravedí, alhelí, guadamecí.

En la fonética el paso de la s- inicial latina en algunas palabras sueltas a la x [š], que después se transforma en la j actual, se explica ordinariamente por la influencia árabe: sucu xugo ['šugo] jugo; sapone xabón [ša'bon] jabón.


  1. La Reconquista.

Hacia 722 un destacamento musulmán es vencido por un grupo de cristianos refugiados en los bosques de Covadonga (Asturias) en la batalla homónima. Don Pelayo, probablemente noble godo, es nombrado rey. La primera corte se establece en Cangas de Onís. Pelayo muere en 737. Dos años después (739), su yerno Alfonso I, aprovechando las luchas entre árabes y bereberes, da nuevo impulso a la reconquista llegando hasta la Rioja y el Duero. Pero no tiene posibilidad de repoblar, por lo que queda un amplio desierto estratégico, tierra de nadie en la meseta norte.

Etapas de la reconquista:

1. Fijación de la frontera del reino asturiano en el Arlanzón y el curso medio y bajo del Duero. Se logra a principios del siglo X.

2. León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. Reconquista de Zaragoza en 1118.

3. Dominio del valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Batalla de Las Navas de Tolosa (1212).

4. Ocupación del valle del Guadalquivir por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia, y las Baleares por Jaime I de Aragón (1276). Quedará un reducto musulmán en Granada hasta 1492.

Entre los años 718 y 1230 se forman los principales núcleos cristianos en la península en los reinos de Asturias, Navarra, León, Galicia, Portugal, Aragón y Castilla. En el siglo XIII, se produce un gran avance cristiano, la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo y la unión de Castilla con León. En el año 1037 muere Bermudo III, rey de León, en el campo de batalla contra su cuñado, Fernando I. Al no tener descendencia Bermudo III, su cuñado considera que es el sucesor y por lo tanto unifica el Reino de León y el Condado de Castilla. En el año 1054 Fernando I lucha contra su hermano García Sánchez III de Nájera, rey de Navarra, en la Batalla de Atapuerca, muriendo también el monarca navarro y anexionándose entre otras la comarca de los montes de Oca, cerca de la ciudad de Burgos.

A la muerte de Fernando I, ocurrida en 1065, el Condado de Castilla se convierte en reino, que hereda el primogénito Sancho II; Alfonso VI hereda el de León. Sancho II es asesinado en 1072 y su hermano accede al trono de Castilla, siendo el primer monarca de ambos reinos. A su muerte le sucedió en el trono su hija Urraca. Ésta se casó, en segundas nupcias, con Alfonso I de Aragón, pero al no lograr la unificación de los reinos y debido a los grandes enfrentamientos de clases entre los dos reinos, Alfonso I repudió a Urraca en 1114, lo que agudizó los enfrentamientos entre los reinos. Si bien el papa Pascual II había anulado el matrimonio anteriormente, habían seguido juntos hasta esa fecha. Urraca también tuvo que enfrentarse a su hijo, Rey de Galicia, fruto de su primer matrimonio, para hacer valer sus derechos sobre ese reino, y a su muerte éste le sucede como Alfonso VII. Alfonso VII consigue anexionarse territorios de los reinos de Navarra y Aragón (aprovechando la debilidad de estos reinos desde que se escindieron a la muerte de Alfonso I de Aragón). Renuncia su derecho a la conquista de la costa mediterránea a favor de la nueva unión de Aragón y el Condado de Barcelona (que se produce con el matrimonio de Petronila y Ramón Berenguer IV.

En su testamento vuelve a la tradición real de la división de sus reinos entre sus hijos. Otra vez se rompe la unión entre León y Castilla, siendo Fernando II rey de León y Sancho III rey de Castilla. En 1230 se produce la definitiva unión entre León y Castilla (con algún paréntesis posterior de poca relevancia), cuando Fernando III el Santo recibe de su madre Berenguela en 1217 el Reino de Castilla y, tras la muerte de su padre Alfonso IX en 1230, acuerda con las herederas de éste, Sancha y Dulce, la transferencia de León en la Concordia de Benavente.

En 1469, se casan en secreto Isabel y Fernando, príncipe heredero de Aragón. Este enlace acabaría produciendo la unión dinástica de los reinos de Castilla y Aragón en 1479, aunque ambos territorios mantuvieron sus leyes e instituciones propias, eso sí, bajo el mandato del mismo monarca.

Antes de ello, entre 1474, año de la muerte de Enrique IV, y 1479 surge una guerra civil por la sucesión de la corona de Castilla entre partidarios de Isabel y partidarios de Juana la Beltraneja, hermanastra e hija legítima de Enrique IV, respectivamente, casada con el rey de Portugal, que de haber ganado los partidarios de Juana hubiera producido la unión de Castilla con Portugal.

La reconquista finaliza en 1492 con la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos que la anexionaron a la Corona de Castilla. En este mismo año se produce la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América, en nombre de la corona, por Cristóbal Colón (véase Descubrimiento de América). Las Islas Canarias, cuya anexión había comenzado durante el reinado de Enrique III de la mano del normando Jean de Bethencourt, serán finalmente conquistadas (Historia de Canarias) cuando los ejércitos castellanos tras largas y duras campañas contra los indígenas se apoderen de Gran Canaria, La Palma y finalmente Tenerife.


  1. España durante el reinado de los Reyes católicos.

Los Reyes Católicos eran conocidos como Reyes de España (o de las Españas). El historiador de la época Hernando del Pulgar comenta cómo en 1479 se plantea en el Consejo Real si designar a los Reyes Católicos como Reyes de España, finalmente se acordó no usar dicha titulación. En 1493 el gobierno municipal de Barcelona se refirió a don Fernando como el “rey de Spanya, nostre senyor” Maquiavelo (El príncipe, 1523) se refiere a él también como Rey de España y Lope de Vega cita a Carlos I como Rey de España.

A partir de Carlos I, todos los reyes son llamados Rey de España (o de las Españas), aunque normalmente utilizan todos sus títulos, desde Rey de Castilla hasta Señor de Vizcaya y de Molina. Hasta el s. XIX, las monedas españolas solían llevar junto al nombre del Rey la leyenda “Hispaniarum (et Indiarum) Rex”, que en latín significa Rey de las Españas (y las Indias).

A principios del s. XIX, Fernando VII de España e Isabel II de España usaron el título de Rey o Reina de las Españas durante los períodos constitucionales. Amadeo I es el primero que oficialmente utiliza la denominación de Rey de España. A partir de Amadeo, todos adoptan el título de Rey de España.

En cualquier caso, prescindiendo de los problemas que hubiera entre los reinos de la península (la antigua Hispania) en otros países de Europa comenzó a conocerse al conjunto de reinos cristianos de la península como España, en singular, desde tiempos muy tempranos. El propio término español parece proceder del provenzal y aparece documentado por primera vez a finales del siglo XI. En el Concilio de Constanza los cuatro reinos de Portugal, Aragón, Castilla y Navarra aparecen formando una sola entidad (“nación española”) y compartiendo el mismo voto.

Con Carlos I comienza el reinado de la dinastía de los Habsburgo, o Casa de Austria, con la que España conocerá su mayor expansión territorial gracias a la conquista de extensos territorios en América y otras colonias de ultramar. Además, el rey Carlos V fue coronado Emperador del Sacro Imperio lo que añadió extensos territorios europeos a la corona; posteriormente, Felipe II, aumenta sus territorios en América y ciñe la corona de Portugal con sus territorios de Ultramar, iniciando un período (1580-1640) en el que los dominios del Monarca Católico pasaron a ser la mayor potencia económica y militar del mundo.

Tras la Guerra de Sucesión perdió la preponderancia militar en Europa, aunque siguió siendo la mayor potencia económica del mundo y conservó el dominio de los mares hasta fines del XVIII.

Podemos dividir este período según los monarcas reinantes en:

- Reinado de Carlos I de España y V del Sacro Imperio romano Germánico (1516-1556);

- Reinado de Felipe II (1556-1598);

- Reinado de Felipe III (1598-1621);

- Reinado de Felipe IV (1621-1665);

- Paz de Westfalia (1648). España reconoce la independencia de los Países Bajos;

- Reinado de Carlos II (1665-1700).

La casa de Borbón empezó a reinar en España en el año 1700, con la coronación de Felipe V. Poco después, en 1702 empieza la Guerra de Sucesión Española en la que participó Aragón, pero no los de las provincias vascas y de Navarra que, como parte de Castilla, permanecieron fieles. También hizo amplias reformas administrativas para aproximar su nuevo reino al modo centralizado de su país de origen.

Se conoce como período de la Ilustración política en España al que abarca los reinados de los Borbones desde Felipe V en 1700 hasta Carlos IV que finaliza su reinado abruptamente en 1808, recogiendo el movimiento del siglo de las luces que se inicia en Francia y es la antesala de la Revolución francesa.


  1. Descubrimiento y colonización de América.

Durante la Edad Media, Europa había mantenido un activo comercio con Oriente (China, Indonesia e India), basado en la importación de especias, sedas y piedras preciosas. Las rutas de comercio atravesaban el continente asiático controladas por caravanas de comerciantes musulmanes hasta llegar al Mediterráneo donde eran distribuidas por genoveses y venecianos. Los largos y peligrosos trayectos, así como los numerosos intermediarios encarecían los precios de las mercancías. Además, la caída de Constantinopla en 1453 terminó de cerrar el comercio con las Indias. De ahí que castellanos y portugueses iniciaran la exploración del Atlántico con el fin de descubrir nuevas rutas en las que accedieran de manera directa a los centros de producción orientales.

Los primeros protagonistas son los portugueses. Su objetivo era circunnavegar la costa atlántica africana para hallar una vía marítima alternativa a la terrestre. Logran establecer la ruta del Atlántico sur entre 1487, cuando Bartolomé Díaz dobla el cabo de Buena Esperanza, y 1498, cuando Vasco da Gama llega al puerto de Calicut (India).

El descubrimiento de América: Factores que posibilitan el descubrimiento:

  • Económicos.- Crecía en Europa la demanda de objetos de lujo –oro y seda- y de especias. Pero este comercio estaba monopolizado por los turcos, que dominaban el Mediterráneo. Se trataba de buscar una ruta directa a la India por mar para eliminar a los intermediarios musulmanes. Eso es lo que Colón pretendía y eso es lo que siempre creyó haber encontrado, de ahí el nombre de Indias Occidentales que dio a las nuevas tierras, que él no consideraba un nuevo continente, y el nombre de indios que dio a los nativos.

  • Ideológicos y religiosos. Deseo, muy típico del Renacimiento, de fama y de gloria. Deseo de evangelizar otras tierras. Existía además la leyenda de que había en la India un tal Preste (sacerdote) Juan, personaje mítico que se suponía rey y sacerdote cristiano de un país de Oriente al que había que ayudar por estar rodeado de infieles. En España seguía vivo el espíritu de Cruzada.

  • Científicos y técnicos. Se aprovecharon una serie de inventos, no siempre europeos, imprescindibles para la navegación de altura: el astrolabio, la brújula, el cuadrante y el sextante. Hubo también un gran desarrollo de la cartografía. Los portugueses inventaron la carabela, mejor para la navegación atlántica.

Las causas de la rapidez de la conquista americana:

  • Los diferentes ritmos de la conquista de América están relacionados con las culturas y tipos de organización socio-política que los conquistadores hallaron. La conquista fue más rápida en los territorios dominados por un imperio (azteca, inca) que en aquellos lugares en los que no había una estructura de estado centralizado.

  • Hay que tener en cuenta que estos imperios tenían sojuzgados a una serie de pueblos, de lo que se aprovecharon los españoles, que tuvieron como aliados a estos pueblos sometidos, que vieron a los conquistadores como libertadores.

  • Por otra parte, la utilización de las armas de fuego era totalmente desconocida por los indígenas, al igual que los caballos⁵ y los perros. También usaron los españoles otras armas como espadas, picas…, más efectivas que las de los indígenas.

  • En otras ocasiones había luchas internas entre los pueblos a conquistar, como ocurría con los incas.

  • Existía, por último, una leyenda que decía que llegarían por las costas del Oriente unos hombres que los dominarían. Muchos indígenas creían que los españoles eran dioses.

Los grandes descubrimientos españoles:

  • Dos grandes etapas pueden distinguirse en la conquista (Enciclopedia de Historia de España de Alianza Ed.)

  • 1492-1508.- Esta etapa coincide con los viajes colombinos y las primeras empresas de exploración, consiguiéndose el control de las Antillas

  • 1509-1550.- La mayoría de las expediciones tienen su base en la propia América. La Española fue punto de partida para la expansión hacia el sur (Tierra Firme); y Cuba, para las expediciones al norte.

Carlos V se encontró con un vasto imperio ultramarino del que apenas se habían puesto los cimientos. Se hacía necesario pensar en términos de economía-mundo y España se preparaba para beneficiarse de sus conquistas y para hacer frente a los problemas de gobierno y administración de unas tierras situadas a más de seis mil kilómetros de la Península.

Tras los viajes de Colón, los españoles continuaron descubriendo las tierras de lo que había resultado ser un nuevo continente. Inicialmente se ocuparon Las Antillas, y después se pasó al continente con la llegada de noticias sobre la existencia de ricos imperios en el interior.

En 1519, Hernán Cortés (natural de Medellín, Badajoz) salió de Cuba y desembarcó en la costa de México. Tres años después, con sólo ochocientos hombres, había dominado el Imperio Azteca, conquistando su capital (Tenochtitlán) y haciendo prisionero al propio emperador Moctezuma.

En 1532, Francisco Pizarro (natural de Trujillo, Cáceres) organizó una expedición con doscientos hombres, con los que y aprovechando la captura y ejecución del emperador Atahualpa, se hizo con el Imperio Inca, que ocupaba el actual Perú.

A estas grandes empresas siguieron otras que fueron completando la conquista del nuevo continente: Francisco de Orellana, de Trujillo, descendió el Amazonas; Vasco Nuñez de Balboa, de Jerez de los Caballeros, atravesó el istmo de Panamá, descubriendo el Océano Pacífico; Lope de Aguirre, impulsado por el afán de hallar el mítico El Dorado, atravesó el Amazonas y el Orinoco; Pedro de Mendoza llegó al río de la Plata y Buenos Aires; Cabeza de Vaca a Tejas; Pedro de Valdivia, de Villanueva de la Serena, conquistó Chile; Hernando de Soto (de Barcarrota, Badajoz), el Mississippi. En apenas 10 años, entre 1540 y 1550, se había explorado casi toda América, desde California hasta el río de la Plata. Gran parte de este conjunto de exploradores era de origen extremeño y dio a su tierra la fama de “tierra de conquistadores”, llevando la riqueza monumental a ciudades como Cáceres y Trujillo.

En este período también se completa la primera vuelta al mundo, en 1519-1522. En un primer momento fue capitaneada por Fernando de Magallanes, navegante portugués que trabajó para Castilla y que murió durante el viaje. Le sucedió Juan Sebastián Elcano, marino vasco, quien regresó con veintisiete supervivientes y un navío de los cinco iniciales, demostrando la esfericidad de la Tierra.


  1. Historia de la existencia de dos dinastías reales.

Las dinastías de los Habsburgo y de los Borbones

Tras la muerte de Isabel la Católica, en 1504, su hija Juana, casada con Felipe, hijo del rey de Austria y el emperador del Sacro imperio Romano-Germánico, le sucedió en el trono. Con ello se fusionan ambos reinados, creandose un imperio enorme. Sin embargo Felipe al que llamaron el Hermoso, murió muy joven y a Juana se la incapacitó por loca. Su hijo Carlos I heredó el trono. Pero en su vejez decide retirarse a la vida religiosa y en 1.556 se fue a Yuste donde vivió cerca del monasterio. Así el imperio se desmembró dividiendose entre los miembros de la familia Habsburgo, los españoles y los austríacos. España siguió prosperando bajo la dinastía Habsburgo gracias al comercio con las colonias americanas, pero al mismo tiempo sostuvo guerras contra Francia, Holanda e Inglaterra, culminando con la desastrosa derrota de la Armada Invencible en 1.588.

Cuando el último rey de la dinastía de los Habsburgo murió sin descendencia, Felipe de Borbón, sobrino del rey de Francia, Luis XIV, le sucedió en el trono. Como consecuencia de la Revolución Francesa, España declaró la guerra a la nueva república, pero fue derrotada. Napoleón tomó el poder y envió sus tropas contra España en 1808, imponiendo a su hermano José en el trono. Los españoles mantuvieron una Guerra de Independencia que duraba 5 años. Tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, en 1815, Fernando VII vuelve al trono de España y comienza un sistema de rígido absolutismo. Como consecuencia de la designación como heredera de su hija Isabel II, mediante la derogación de la Ley Sálica que impedía la sucesión real de mujeres, su hermano Carlos se revela contra ello iniciandose la Guerra de los Siete Años. La recesión económica y la inestabilidad política fueron lógicas consecuencias tras la guerra, y España perdió sus colonias de ultramar, con la excepción de Puerto Rico, Cuba y Filipinas.

La revolución de 1868 obligó a Isabel II a renunciar al trono. Las Cortes pronunciaron el régimen monárquico y ofrecieron la corona a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Su breve reinado terminó cuando proclamaron la República, que tampoco gozó de larga vida, a causa del Golpe de Estado. Con ello se proclama rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II. En 1885 murió Alfonso XII y se encargó la regencia a su viuda Maria Cristina, hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII. La rebelión en 1895 de Cuba en pro de la independencia, obliga a los Estados Unidos a declarar la guerra a España y con su derrota España perdió sus últimas colonias en ultramar.


  1. La España moderna.

La España Moderna fue una revista cultural editada en la ciudad española de Madrid entre 1889 y 1914.

La revista fue publicada entre 1889 y 1914 por la editorial del mismo nombre, de las cuales José Lázaro Galdiano fue propietario y fundador.

Su puesta en marcha fue avalada por Emilia Pardo Bazán, que ayudó a Lázaro Galdiano a lanzar y promocionar la revista y buscar colaboradores en los inicios de esta. Ha sido calificada por varios autores como una especie de versión española de la revista francesa Revue des deux mondes. Actuó como una plataforma publicitaria de la propia editorial, pues contenía a menudo reseñas de libros y novedades publicados por esta.

En La España Moderna, en cuyas páginas se abordó la denominada «cuestión femenina», colaboraron autores como Rafael Altamira, Augusto Martínez Olmedilla, Miguel de Unamuno, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín, Marcelino Menéndez Pelayo, Pedro Dorado Montero, Adolfo Posada o Concepción Arenal.









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